El laberinto del mundo
José Antonio Lugo
I. La negritud.
El poeta senegalés Leopold Sédar Senghor, el guyanés León-Gontran Damas y el martiniqués Aimé Césaire utilizaron por primera vez, en la década de los treinta del siglo pasado, el término negritud, que Césaire definió así: «La negritud es el simple reconocimiento de ser negro, y la aceptación de este hecho, de nuestro destino como pueblo negro, de nuestra historia y de nuestra cultura». Por su parte, Senghor definió la negritud como «nudo de realidades».
En Senegal, Sédar Senghor representó un enorme legado, que, sin embargo, pesó como un lastre para las siguientes generaciones de poetas y escritores de su país.
II La más recóndita memoria de los hombres, de Mohammed Mbougar Saar.
Esta novela ganó en 2021 en Francia el prestigioso Premio Gouncourt y ha vendido ya 550 mil ejemplares en francés (ya está traducida al español, por editorial Anagrama).
La obra narra la búsqueda del narrador, Diégane Latyr Fayé, por encontrar un libro «El laberinto de lo inhumano», escrito en 1938 por T.C. Elimane, otro autor de Senegal que fue a buscar en Francia a su padre y su identidad como escritor.
A Elimane se le llamó «el Rimbaud negro». Su novela fue aclamada, en principio, y luego defenestrada, porque académicos franceses la acusaron de plagio -no de otra obra literaria- sino de los mitos de una tribu africana. Ante los ataques, el autor desapareció sin dejar rastro, la editorial cerró y todo quedó oculto, empezando por si Elimane seguía vivo o no.
Diégane rastrea sus huellas a través de distintas mujeres, viaja por Francia, Haití, Amsterdam, New York y va hasta Buenos Aires, a la búsqueda del nazi que asesinó al editor del libro de Elimane. En esos recorridos, el narrador se pregunta si un autor senegalés que escribe en francés escribe para Senegal o para, a partir del reconocimiento del país colonial, ser aceptado en el propio. Las élites senegalesas se han educado en Francia. Aún los más brillantes… ¿son aceptados o simplemente se les ofrece una «condescendencia colonial»?
III. ¿Traición o amor a la literatura?
El narrador afirma: «Escribiré sobre cómo traicionamos a nuestro país, es decir: cómo escogimos por territorio no el país natal sino el país fatal. ¿Cuál es esta patria? La patria de los libros: los libros leídos y amados, los libros leídos y despreciados, los libros que soñamos con escribir, los libros insignificantes que hemos olvidado y que ya no sabemos siquiera si llegamos a abrir alguna vez, los libros que fingimos haber leído, los libros que no leeremos nunca pero de los que no nos separamos por nada del mundo, los libros que esperan su hora en una noche paciente, antes del crepúsculo deslumbrante de las lecturas del amanecer».
Sí, La más recóndida memoria de los hombres es una gran novela que nos coloca frente al amor, el exilio, la negritud, la colonización, el nazismo, la escritura y la necesidad de reconocimiento de los escritores, por mencionar sólo algunos temas. Pero no es una novela de tesis, porque como afirma su autor, Mohammed Mbougar Saar, citando a Hermann Broch, el autor de la obra monumental La muerte de Virgilio: «la novela es una tentativa de comprender algo», un intento de encontrar las preguntas adecuadas y una disponibilidad de escuchar al otro.
Esta novela es un homenaje a la literatura, al proceso de escribir, así como el reconocimiento de cómo un libro nos puede cambiar la vida. Leer esta novela será para el lector una gozosa travesía que le permitirá conectarse de nuevo con la gran literatura del África negra, como la del nigeriano Wole Soyinka, Premio Nobel de Literatura. La negritud… «nudo de realidades», como afirmó el gran poeta senegáles Leopold Sédar Senghor.

Deja un comentario