“Diversos ingenios han puesto en duda no sólo la existencia de dicha escritura, sino la del propio autor. Dado que desde XVII no se conoce la obra shakesperiana más que por sus muestras impresas, no es una ocurrencia que el llamado genio de Avon fuese, a semejanza de Homero, no un individuo, sino ‘los ingleses que llamamos Shakespeare’”.
