“La velocidad de la agonía orgánica en la casa común de la especie humana, la única que destruye el lugar donde vive, aumenta sin cesar. Terminó la vida ---como anunciaría el sabio pueblo hopi hace más de dos siglos--- y comenzó la sobrevivencia”.
“La velocidad de la agonía orgánica en la casa común de la especie humana, la única que destruye el lugar donde vive, aumenta sin cesar. Terminó la vida ---como anunciaría el sabio pueblo hopi hace más de dos siglos--- y comenzó la sobrevivencia”.