Adriano, Antinoo, Yourcenar

“El emperador Adriano encuentra, en su edad madura, en el joven bitinio Antinoo, un instante de felicidad. El efebo muere ahogado en el Nilo. Adriano lo convierte en Dios. Se inicia así su representación iconográfica en monedas y esculturas. Antinoo se convierte en símbolo de la belleza masculina, adornado por el esplendor de la muerte temprana”.

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