“Urge una oposición moralmente sana, que balancee el panorama electoral de México y equilibre con ejemplos de integridad las opciones políticas en la república. Una oposición con postura ética, cuya impugnación al gobierno sea racional. Una oposición con ideología definida así sea de derecha y conservadora, que no esté dispuesta a brincar al bando de la “izquierda” sólo para conservar puestos de poder”.
