Extrañas anticipaciones

“También los presagios se multiplican; ahora todo parece una imitación, un signo. Acaba de caérseme y hacerse trizas una hermosa piedra grabada que llevaba engastada en una sortija; un artista griego había trazado en ella mi perfil. Los augures mueven gravemente la cabeza”. Memorias de Adriano. Marguerite Yourcenar.

A leer!!!

“La lectura nos hace crecer y nos transforma, siempre y cuando nos entreguemos a ella sin reservas. Igual que con la vida. Cerremos donde comenzamos: ‘Cuando se ama la vida, es normal que se lea mucho’ (Marguerite Yourcenar)”.

Tres cuentos más uno

“Me sorprende que Flaubert y Yourcenar hayan elegido para sus últimas obras a un ser humano cualquiera, a una mujer y un hombre ‘oscuros’ que ya no eran ni el Emperador ni una mujer seductora, como Emma o Salomé. Quizá ambos escritores habían llegado a la más alta sabiduría, la de comprender que todos los seres humanos compartimos ‘el infortunio y la dulzura de existir’, como escribe Yourcenar”.

Sobre la perfección 

“Quizá la perfección no existe y sea sólo la epifanía del creador y su obra cumbre sea sólo una madeja de líneas sin forma ni sentido. Podemos elegir la perfección que crean Wang-Fo y el señor de la Sainte Colombe o la confusión epistemológica y sin embargo feliz de Paolo Uccello”.

El coro griego de Fernando Solana Olivares 

“En el mundo de hoy, lo fragmentario es lo único que existe. Lo mismo pasa en tu novela. Por eso, lo que en ella importa es el coro, la polifonía de las narrativas individuales. Todos son protagónicos o nadie lo es. En Hormiguero destacan los discursos radiofónicos, así como los de las redes sociales. Miles de discursos, cada uno para unos cuantos. Pero esas células no se comunican entre sí. La red no es una red, a fin de cuentas”.

Adriano, Antinoo, Yourcenar

“El emperador Adriano encuentra, en su edad madura, en el joven bitinio Antinoo, un instante de felicidad. El efebo muere ahogado en el Nilo. Adriano lo convierte en Dios. Se inicia así su representación iconográfica en monedas y esculturas. Antinoo se convierte en símbolo de la belleza masculina, adornado por el esplendor de la muerte temprana”.

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