La Mano Negra en Veracruz

“Perseguido, Montano huyó a Chiapas, pero volvió a Xalapa años después protegido por los Alemán. Murió en 1991, a los 96 años de edad, sin haber pagado por ninguna de sus fechorías. Para entonces, La Mano Negra era una triste leyenda en Veracruz".

Lo que se hace creer

“Un trabajo tanto interno como externo para reconstruir individualmente aquello que se ha perdido: el centro espiritual. Quienes consiguen esta depuración son llamados ‘los que se mueven a voluntad’”.

Los poetas, la música y el agua

“Descubrimos que las personas todavía son sensibles a la gran poesía. Durante aquel día asediado por los sones regionales, la gran literatura mexicana abrió un espacio incantatorio con los versos de algunos de los autores más rigurosos de nuestra historia”.

Instantáneas en la playa

“Lo que hoy está mañana se habrá ido, pero no el mar, que seguirá palpitando. Unos van, otros vienen, de ahí la amable o ruda indiferencia de los oriundos para con los visitantes. Y el mar, cuyo color cambia igual que sus rizos, sus golpes y sus ondas, siempre distintos, siempre igual”.

Visiones del amor 

“A través de tantas referencias mitológicas, psicoanalíticas y literarias podemos ver cuán complejo, rico y fascinante es el amor, imposible de definir pero que todos hemos sentido alguna vez”.

El poeta en la ciudad herida

A Víctor Armando Cruz Chávez, después de revisar todas las aflicciones de nuestro entorno, le basta una imagen aparentemente grata para llenarnos de zozobra. “En la calle suena el carro de los helados y el tiempo parece detenerse, / con un sol crucificado, una vena rompiéndose, / una hoja en vilo entre un viento de incertidumbre”.

Inexpresivas

“Las bellas, las inmóviles y todas se excluyeron de la frase del filósofo latino. Lo miraban a él pues sólo a él le concernía. Lo miraban viejo y ellas eran tan húmedas y antiguas, tan secretas y femeninas”.

Flaubert y Víctor Hugo

“El nuevo libro sobre Flaubert, volver a ver La historia de Adele H., recordar los comederos de lujo en el París de finales del siglo XIX y asomarnos a los 27 años gloriosos que van de Madame Bovary a Al revés, nos devuelve a una época maravillosa. Un año después, en 1855, murió Víctor Hugo”. 

Imaginando a un cordero

“La suya había rodado cercenada por un león que en el fondo no le importaba. Y salvando las distracciones etílicas y los vicios putañeros, esa mañana nos propuso sin decirlo un subtexto que quedó en la formaica jaspeada de la mesa del café”.

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