“Querida Clarice: tus lectores agradecemos tu soledad rodeada de gente, tus ojos tristes pero siempre abiertos, tu falta de esperanza, tu aguda visión de la miseria de las almas. ¿Qué haríamos sin ti, antídoto del optimismo ramplón, que nos quiere convencer de que todo es bello? Gracias por tu lucidez amarga, filosa como daga."
