“Pese al exhaustivo análisis de las motivaciones de Eric Harris y Dylan Keblod, la pregunta sigue sin respuesta: ¿por qué lo hicieron? De esa respuesta aún dependen muchas vidas en el imperio estadounidense, donde dos o más jovenzuelos pueden comprar armas de uso militar para asesinar a muchachas y muchachos ---o peor aún, niñas y niños--- en las escuelas”.
