“Mi mal, me temo, es incurable. Además de mis causas personales de disgusto, el estado de la sociedad me abruma y la estupidez pública me ahoga. Se me ha reprochado vivir en una torre de marfil, pero una marea de mierda derribará los muros”. Gustave Flaubert.
La correspondencia de Flaubert (1873-1876)
“A Guy de Maupassant, 25 de octubre de 1876: ‘En tu artículo, querido amigo, me has tratado con una ternura filial’. Guy había escrito: Flaubert maneja el Talmud como un rabino, los Evangelios como un sacerdote, la Biblia como un protestante, el Corán como un derviche”.
La correspondencia de Flaubert (1869-1872)
“¿Sabe usted que mi pobre Teo (Teóphile Gautier, precursor del simbolismo) está muy enfermo? Se muere de aburrimiento y de miseria! ¡Nadie habla su lengua! Subsistimos unos cuantos fósiles, perdidos en un mundo nuevo”. Carta de Flaubert a George Sand.
La correspondencia de Flaubert (1862-1868)
“He sido remero en el Nilo, conductor en Roma en los tiempos de las guerras púnicas, retórico griego en Suburre, donde me devoraban las chinches. Morí, en la cruzada, por haber comido demasiadas uvas en la playa de Siria. Fui pirata y monje, saltimbanqui y cochero. Quizá emperador de Oriente, también”. Gustave Flaubert.
La correspondencia de Flaubert (1850-1853)
“¡No llores! Por debajo de la vida, por debajo de la felicidad, hay algo azul e incandescente, un gran cielo inalterable y sutil donde los rayos que nos llegan son suficientes para animar mundos enteros”. Gustav Flaubert.
Gustave Flaubert y Louise Colet
“Al besarme toda entera, tus ojos me fascinan con sus destellos. Dos lenguas en la misma boca, fundidas en un mismo beso. Unidos nuestros cuerpos sacuden el lecho con sus fogosos escarceos. Yo me abandono, feliz y orgullosa. Y mi carne brinca bajo tu carne”. Louise Colet a Flaubert.
Primeros años de la correspondencia de Flaubert
“Para vivir no diría que feliz (ese objetivo sería una ilusión funesta) sino tranquilo, hay que crear más allá de la existencia visible, común y general a todos, otra existencia interna e inaccesible a lo contingente”. Gustav Flaubert.
El cocodrilo embalsamado de Flaubert
“En su correspondencia, Flaubert escribió: “Sólo soy un lagarto de la literatura, acostado todo el día bajo el sol de lo bello”. Y en su bellísimo cuento “Un corazón simple”, Felícitas, una criada, manda disecar a su loro y al final, lo dona al altar cuando ya se acerca su muerte”.
Fernando Pessoa y su metaliteratura
“El 13 de junio ---Día de la Virgen de Fátima y fiesta de la ciudad de Lisboa--- fue el cumpleaños del gran poeta portugués Fernando Pessoa, nacido en 1988 (dos días después, el 15 de junio de 1888, nació en Jerez, Zacatecas, Ramón López Velarde). Lo celebramos en Morfemacero recordando su obra. Leamos a Fernando Pessoa, poeta infinito”.
La epifanía de Hermógenes
“Alentado por la novela póstuma Bouvard y Pécuchet de Gustave Flaubert, Fernando Solana emprende la escritura de un texto híbrido y erudito que hila el encuentro de la ciudad de Oaxaca con sus cronistas, historiadores y críticos, con personajes imaginarios, echando mano de un tono sarcástico”.
