“No lo destruye quemándolo, como Mizoguchi. Le sucede algo peor. El monasterio desaparece y al final, como Chuang-Tzu, no sabrá si el pabellón de oro y lo que en él vivió fue sólo un sueño”.
“No lo destruye quemándolo, como Mizoguchi. Le sucede algo peor. El monasterio desaparece y al final, como Chuang-Tzu, no sabrá si el pabellón de oro y lo que en él vivió fue sólo un sueño”.