“Péguese mi lengua es una novela bella, profunda, triste. Su autor está en plena madurez creativa, dueño de los recursos narrativos que ha ido puliendo desde que fue becario del Centro Mexicano de Escritores, discípulo de su tutor Juan Rulfo”.
La novela de un héroe postergado
“La inquebrantable fidelidad en el amor redime las historias de Miguel y Concha, tanto como a la desdichada pareja imperial. Esta nueva visión de los vencidos (sin perseguir su redención) incita a mirar con empatía a los seres humanos, su actuación en el drama humano, independiente de su cariz monárquico o republicano”.
Donde radica el sentido
“Detrás del entretenimiento, un estado hegemónicamente impuesto en estos días terminales, se oculta la distracción, cuyo significado semántico alude a la división en múltiples vías, a la pérdida del centro, a la dispersión de la conciencia, a su confusión. Toda neurosis es una disolución del sentido. Toda neurosis es una desatención”.
Buscando el sentido
“La percepción librada de la imaginación es discernimiento, escribió Simone Weil. Los espacios de significación de los fenómenos deben surgir contra el sentimentalismo que confunde el deseo con la voluntad, el hecho en sí mismo contra su interpretación emocional”.
