“Una tesis descabellada afirma que Borges es una creación de Bioy Casares y que los dos son un invento nuestro. Otra, que Borges nos imaginó a todos. Hasta estas líneas, a quien las escribe y a aquel que las lee”.
Una ciudad que no termina: Buenos Aires
“Si el azar y el destino lo quieren, volveré a ese país y a esa ciudad que es un país, a seguir descifrando sus enigmas. Los viajes nunca dejan de ser un tránsito hacia dentro, una exploración de paisajes que nos llevan a lugares insólitos, donde lo real y la fantasía se funden en una mezcla imaginaria pero entrañable. Mi Buenos Aires particular, ahora que estoy lejos, sigue visitándome en sueños”.
El incesante Borges
“Pero el poema es inagotable, como usted mismo, Borges, cuyo nombre, a diferencia de aquel del sevillano de la epístola moral, jamás hemos ignorado. Abandonado de mí, acomodado en nada, vuelvo a ser alguien y dejo de ser algo cuando lo frecuento a usted, el sabio que mi necedad nunca ha negado, el mejor artífice y uno su permanente aprendiz”.
