PARQUE MÉXICO
Fernando Solana Olivares
1. Lo más propio sería llamarlo el mierdero, voz del español antiguo que sigue siendo tan precisa. Como sea: estiércol, excremento, heces o mierda, la guerra política mexicana va alcanzando cotas escatológicas cuya desmesura irá en aumento, al enderezarse contra el presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum, la candidata presidencial de Morena, una campaña mediática descomunal instrumentada por la ultraderecha internacional y los grandes capitales extractivos capitalistas, con el concurso de un difuso y variopinto frente nacional opositor —entre el cual destaca una prensa canalla—cuya composición y plataforma ideológica pugna por el regreso al poder de las oligarquías nacionales y extranjeras bajo el falso pretexto de una democracia en riesgo y un país a punto de colapsar.
2. La Cábala habla de dos esferas opuestas y aun excluyentes: el mundo de la confusión y el mundo de la restitución. Traducido esto a términos contemporáneos, el primero corresponde al ámbito de la aseveración y el segundo al de su demostración. La antítesis entre la creencia y lo verdadero, la opinión y la realidad: dicotomías en gran medida fabricadas que hoy resulta imposible conciliar.
La lógica simple establece que la carga de la prueba recae en quien hace una afirmación. “El dragón en el garaje” de Carl Sagan ilustra esto con inquietante sencillez. Uno de los personajes de la historia asegura que en el garaje de su casa vive un dragón que escupe fuego. Su interlocutor le pide que se lo muestre. El otro explica que es invisible y con tal excusa se niega a todas las propuestas para hacerlo.
El mundo de la confusión y el de la restitución están separados drásticamente por el pedido de prueba o demostración. Quien alega la existencia del dragón se convierte en el mismo y único criterio de autenticidad sobre sus afirmaciones, sólo sostenidas en el hecho de que es él quien las formula. Así se desvanece el criterio de verdad y cualquier cosa puede afirmarse sin aportar evidencia alguna.
Lo que se sabe o no deja de importar. Lo esencial es aquello que se cree y se afirma, lo que se siente. No hay entonces epistemología o conocimiento fundado, asumido como verdadero y común, como demostrable. Solamente existen opiniones a priori, ilusorias, arbitrarias y personales. En un tiempo donde ha muerto la verdad y moralmente no importa saber si algo es falso o verdadero, cada uno tiene su propio dragón.
3. A los cinco dominios bélicos habituales —tierra, aire, mar, espacio y cibernético— se ha agregado un sexto: la guerra cognitiva, cuyo objetivo es “convertir a cada persona en un arma” (Thierry Meyssan), persona inconsciente de ello las más de las veces, cuya emoción es capturada para distraerla de lo que no se quiere que vea y sepa. Es un acto de ilusionismo y falsificación. Las imágenes intervenidas, las opiniones similares, los mensajes parecidos, los hashtags artificiales, las noticias idénticasque se repiten incesantemente están diseñadas por una ingeniería comunicacional para producir reacciones sentimentales y no racionales.
Empleando simplificaciones pauperizadas que evitan la reflexión (literalmente: volver a ver, inclinarse ante el fenómeno para su debido escrutinio) y exaltan reflejos emocionales y anímicos, la guerra cognitiva es la manifestación posmoderna, sobre todo visual y después escrita, de aquel programa propagandístico nazi de la repetición de una mentira tantas veces como sea necesario para convertirla en verdad. “No quiero que piensen como yo —decía Joseph Goebbels, su instrumentador—. Quiero empobrecer el lenguaje de tal manera que no puedan sino pensar como yo”. Es decir, dejar de pensar. Analfabetismo moral y sinrazón de la mentira: sí porque sí, no porque no, sí pero no.
4. La despiadada y multimillonaria campaña mediática contra López Obrador, Claudia Sheinbaum y la 4T no tiene antecedentes en cuanto a su magnitud y desmesura, ni siquiera los torvos embates publicitarios de 2006, 2012 y 2018 contra López Obrador.
Granjas de bots sobre todo argentinas contratadas para ello (con precios que garantizan que por cada peso invertido se obtienen tres reacciones) dispersan contenidos de desinformación digital cuya intención es doble: generar la percepción de que en redes sociales hay un debate ciudadano auténtico haciendo creer que la candidatura de Xóchitl Gálvez va cerrando la amplia y documentada distancia de preferencias ante Claudia Sheinbaum en la elección presidencial, y que el gobierno de López Obrador y la 4T fracasaron en su gestión.
El antropólogo digital Luis Ángel Hurtado y organismos especializados como MilenIa y Central de Datos e Inteligencia Artificial han documentado la instrumentación artificial del hashtag #Narcopresidente contra López Obrador, que alcanzó 140 millones de repeticiones y fue convertido en un trending topic mundial equivalente en número a las conversaciones digitales que en dos días generó el Super Tazón norteamericano. O del hashtag #XóchitlGálvezPresidenta2024, que sin rebasar hasta el 1 de enero un promedio de tres mil mensajes,en un solo día llegó a la cifra de 38.1 millones en redes sociales. El público que lo multiplicó fue 58.8 por ciento argentino, 2.9 por ciento estadunidense y 38.2 por ciento mexicano. En el caso del hashtag #Narcopresidente sus repeticiones provinieron 29.4 por ciento de Argentina, 14.4 de España, 7.1 de Colombia y sólo 42.9 de México. La mayoría de las cuentas que lo reprodujeron no tenían perfil del usuario y se dedicaban a recircular ataques políticos ya publicados
Las granjas de bots venden al mejor postor likes, tuits, comentarios y nuevos seguidores artificiales a precios de ganga. “El optimismo de la oposición frente a los trendig topics es una locura: es como si pagamos por tener amigos imaginarios y luego celebramos que los fantasmas nos dan la razón”, señaló un asesor de marketing digital que ha gestionado la adquisición de millones de mensajes para políticos mexicanos. Los likes comprados no son votos reales y no representan simpatía real. Su popularidad es ficticia, pero “ayudan a cambiar la percepción frente a usuarios y votantes verdaderos”.
La guerra sucia en redes sociales es un ataque a la democracia y al voto ciudadano. En datos aportados por la candidata Claudia Sheinbaum en su denuncia ante el Instituto Nacional Electoral por dichos embates en su contra, así como en perjuicio de la candidata de Morena a la CDMX y el presidente López Obrador, se documenta que una de las empresas que diseñan e instrumentan las campañas de desinformación y ataques políticos, conocidas como trollcenters, ha colocado recientemente 16 millones de tuits para distribuir sus mensajes y publicaciones artificiales con el fin de manipular a la opinión pública en una dimensión inusual y con un considerable gasto económico de origen desconocido.
La misma táctica y muchas de las cuentas vinculadas a la guerra sucia contra Morena han hecho igual tarea en Argentina, Bolivia, Colombia, Brasil, Ecuador y Venezuela, facilitando las condiciones para el golpe de Estado boliviano de 2019 y el encarcelamiento ilegal de Lula da Silva y la defenestración presidencial de Dilma Rousseff en Brasil. La red de periodistas Forbidden Stories,que agrupa más de una veintena de rotativos mundiales, ha dado a conocer recientemente que un grupo secreto de técnicos informáticos israelíes liderado por el subcomandante del ejército hebreo Tal Hananreconoce haber intervenido más de 30 procesos electorales en Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y África. Movimientos políticos como la Primavera Árabe y el golpe de Estado en Ucrania en 2014 se han originado en manipulaciones digitales masivas de las agencias anglosajonas de inteligencia.
5. El reportaje publicado el 22 de febrero pasado por The New York Times, “Estados Unidos examinó acusaciones de vínculos de cárteles con aliados del presidente de México”, que dio origen al hashtag #Narcopresidente, es una muestra clara de la perversa manipulación mediática dirigida desde el periódico insignia de los intereses estadunidenses para desestabilizar el proceso político y electoral mexicano. Contradictorio y antiperiodístico, basado en acusaciones nunca sostenidas por fuentes reales e identificadas, el reportaje —aunque desacreditado inmediatamente por la Casa Blanca, cuyo portavoz aseguró que no hay ninguna investigación vigente al respecto pues las imputaciones hace años ya fueron desestimadas— representa claramente una amenaza de la DEA al presidente mexicano y el escalamiento de una campaña proveniente de intereses económicos trasnacionales y derechas ideológicas que ambicionan revertir una política nacional soberana e independiente para apoderarse otra vez del litio, la energía, la minería y los recursos naturales del país, incluida el agua, que el régimen de López Obrador ha defendido constitucionalmente como bienes públicos.
6. Compleja y larga, parte de los riesgos que entraña la inmediata vecindad con un imperio norteamericano en decadencia global (fenómeno geopolítica e históricamente conocido como “La trampa de Tucídides), la historia de este asedio, dirigido por sus centros de poder económico e instrumentado por el Estado profundo (Deep State) que administra sus intereses, tiene agentes locales. Varios elementos son necesarios para el análisis de la delicada coyuntura política que se está viviendo ante la elección del 2 de junio próximo: la naturaleza de los opositores, su origen y sus comportamientos, que van desde los medios de comunicación subordinados al imperio decadente, pasan por idiotas útiles que se imaginan obligados a ser parte de un mainstream opinativo y opositor, hasta llegar a las clases medias que odian al presidente López Obrador por una clasista pero auténtica ceguera ideológica. También resulta indispensable hacer la crítica objetiva de López Obrador, sus límites, errores y desatenciones, los de Morena y la 4T.
El país y su viabilidad están en juego. De ahí la inaplazable necesidad de llamar a las cosas por su nombre y atender la verdad. Saber qué y quién no es infierno, hacerlo durar y darle espacio, como sugería Italo Calvino para otros fines que al final son los mismos que se tratan aquí.
La mierda se lava con agua clara. Pensar es limpiar.
7. “Lo mejor de todo, es lo peor que se va a poner”. Andrés Manuel López Obrador.

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